lunes, 7 de noviembre de 2011

Camino a la Victoria








Camino a la victoria
1.- Base Bíblica: Josué 8:1-29
2.- Introducción:
Los seres humanos con frecuencia nos hallamos frente a retos que, a primera vista, parecen estar por encima de nuestras capacidades. El panorama cambia, sin embargo, cuando obramos en franca dependencia de Dios, actuamos en el momento oportuno y nos sujetamos al hecho de que nuestras acciones glorifiquen su nombre y estén en consonancia con Su voluntad.
Israel venció sobre Hai, la segunda ciudad en importancia de Canaán porque obraban siguiendo instrucciones del Dios Todopoderoso.

3.- Desarrollo del tema:
I.- ¿Cómo aseguramos la victoria en nuestros planes y proyectos? (vv.1, 2).

1.- La victoria está asegurada cuando dependemos de Dios (v. 1). "Mira, yo he entregado en tu mano al rey de Hai, a su pueblo, a su ciudad y a su tierra."(v. 1 b). Las fuerzas no dependían de la capacidad del ejército ni de su condición personal y espiritual porque estaban andando bien delante del Señor. No como ocurrió la primera vez, ¿recuerda? Tras la toma exitosa de Jericó, Josué creyó que sería fácil invadir Hai. "Después Josué envió hombres desde Jericó a Hai, que estaba junto a Bet-avén hacia el oriente de Bet-el; y les habló diciendo: Subid y reconoced la tierra. Y ellos subieron y reconocieron a Hai. Y volviendo a Josué, le dijeron: No suba todo el pueblo, sino suban como dos mil o tres mil hombres, y tomarán a Hai; no fatigues a todo el pueblo yendo allí, porque son pocos."(Josué 7:2,3).

Tres mil hombres subieron a atacar esta población, la segunda en importancia en Canaán después de Jericó. Los hechos ocurrieron en el año 1473 a.C., aproximadamente. Sin embargo la incursión fue fallida. Murieron 36 israelitas (versículo 4). Los demás huyeron delante de sus enemigos y desfallecieron. ¿La razón El pecado de Israel y haber tomado del anatema (versículos 11, 12).

2.- La victoria está asegurada cuando estamos en la voluntad de Dios (v. 2 a).- "Y harás a Hai y a su rey como hiciste a Jericó y a su rey..."(v. 2 a). Cuando emprendemos planes y proyectos, es esencial que estemos en la voluntad del Señor (Romanos 12:2 b).

3.- La victoria está asegurada cuando seguimos las instrucciones de Dios (v. 2 b). "Pondrás, pues, emboscadas a la ciudad detrás de ella." Las características de excelente estratega que rodeaban a Josué no eran suficientes. Era necesario la guía de Dios. Igual con nosotros hoy. Debemos pedir orientación al Señor sobre cómo actuar en cada circunstancia (Proverbios 16:3).

II.- ¿Cómo actúa un hombre de Dios?(vv.3-13).

1.- Un hombre de Dios es fiel a lo que ordena el Señor (vv.3-8). Estar sujetos a las pautas y principios que hallamos en las Escrituras nos lleva a vencer cualesquiera que sean las circunstancias.

2.- Un hombre de Dios es el primero en marchar a la batalla (vv.9-13)." Levantándose Josué muy de mañana, pasó revista al pueblo, y subió él, con los ancianos de Israel, delante del pueblo contra Hai."(versículo 10).
El líder que espera una respuesta favorable y satisfactoria de la comunidad sobre la que ejerce como orientador, debe dar ejemplo. Igual con quienes sirven al Señor. "Ahora bien, lo que se requiere de los administradores, es que cada uno sea hallado fiel"(1 Corintios 4:2).

III.- Es necesario permanecer atentos a la voz y señales de Dios (vv.14-19).-

1.- Si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros?.- Este principio alentador que hallamos en Romanos 8:31, se torna real y práctico cuando leemos la reacción del rey de Hai y de sus súbditos. Su condición de guerreros cananeos no garantizó la victoria sobre Israel, porque Dios peleaba por su pueblo.

2.- Si Dios nos señala el camino a seguir, ¿por qué quedarnos quietos?(v. 18).- Cuando avanzamos hacia la victoria con ayuda divina, debemos aprender a identificar la voz de Dios y a identificar las señales que nos envía. "Entonces Jehová dijo a Josué: Extiende la lanza que tienes en tu mano hacia Hai, porque yo la entregaré en tu mano. Y Josué extendió hacia la ciudad la lanza que en su mano tenía."(versículo 18).

¿Cómo podemos conocer la voz e identificar las señales de Dios? Es una capacidad que se desarrolla conforme mantenemos una íntima relación con Dios a través de la oración. Si vamos al campo difícilmente conoceremos los sonidos de los diferentes especimenes de la fauna. Sin embargo un morador de la zona lo hará con facilidad porque está en contacto permanente con la naturaleza. Igual con nosotros cuando caminamos tomados de la mano de Dios.

3.- Un principio de victoria: obrar en el momento oportuno (vv.19-27).- Un principio que aprendemos en las Escrituras es el de obrar en el momento oportuno, bajo las circunstancias apropiadas y el día indicado. Apresurarnos a actuar movidos por nuestras emociones, generalmente nos conduce a la derrota.

4.- Conclusión:

La diferencia entre la derrota en el primer intento de tomarse a Hai (Josué 7:1-26), y la victoria que obtuvieron en el segundo ataque, tal como lo podemos leer en el capítulo 8 del libro de Josué, estriba en la dependencia y obediencia a Dios. Alejados de su mano, nos enfrentamos solos a las consecuencias de todo lo malo que podamos obrar; tomados de Su mano y siguiendo las instrucciones que nos imparte, tenemos asegurada la victoria.

5.- Preguntas para la edificación personal:

1.- ¿Qué nos garantiza la victoria en cada proyecto que emprendemos?(versículo 1).

2.- ¿De quién dependemos cuando tenemos planes y proyectos en mente?¿Obramos en nuestra voluntad o en la de Dios? (Romanos 12:2 b).

3.- ¿Somete a dios sus planes y proyectos y permite que El obre su voluntad?(Proverbios 16:3).

4.- ¿Considera que los problemas y aún quienes se empecinan en hacerle la vida imposible podrán vencer?(Romanos 8:31).

5.- ¿Cómo aprendemos a identificar las señales y la voz de Dios?(versículo 18)

6.- ¿Qué ocurre cuando obramos movidos por nuestras emociones y nos apresuramos a actuar?(versículos 19 al 27).

6.- Contexto bíblico e histórico:

El nombre Hai, significa en hebreo "montón de ruinas". Fue tomada por las legiones israelitas al mando de Josué en el año 1473 a.C. aproximadamente. Su condición propicia para defenderse de los ataques estuvo representada en la fortaleza de madera que construyeron alrededor. El profesor Gartang y el doctor Albrigt, en 1928 d.C. coincidieron en señalar que Hai pudo haber sido tomada en el mismo tiempo que Jericó. Fruto de sus excavaciones arqueológicas concluyeron que pudo ser un poblado próspero.

Fernando A. Jiménez .
Asesor de asuntos doctrinales
y Consejero de www.adorador.com

domingo, 6 de noviembre de 2011

Como Crecer En La Fe



Cómo crecer en la fe


Verdad central: La fe en Dios crece mediante la disciplina y el servicio espiritual.

Texto áureo: Debemos siempre dar gracias a Dios por vosotros... por cuanto vuestra fe va creciendo (2.Tes..1:3).
http://www.adorador.com/estudios/eb2008/11_como_crecer_en_la_fe.htm


Trasfondo bíblico: Mar. 1:14,15; 4:14-20; Luc. 17:5-10; Rom. 10:16,17; Col. 2:5-7; Judas 20,21.

A. La Palabra de Dios anunciada

B. La Palabra de Dios creída

A. Fe fructífera

B. Deber constante

A. Progreso espiritual

B. Edificación espiritual

Examinar los principios del crecimiento en la fe y vivir según ellos.

Alguien ha comentado: "Cualquiera puede contar las semillas que hay en una manzana. Hay que ser una persona de fe para contar las manzanas que hay en una semilla."
La fe en Dios hace posible el llevar una vida cristiana triunfante y es un requisito indispensable si se ha de agradar a Dios. Es lo que nos permite creer que Él existe y que es galardonador de los que le buscan (Hebreos 11:6). La fe cree en lo imposible porque "para Dios todo es posible" (Mateo 19:26).
La fe bíblica no es una fórmula mística y mágica que podamos usar para lograr todos nuestros deseos. Es una fuerza poderosa en nuestra vida para el servicio espiritual al Señor. La fe implica obediencia basada en la fe y la confianza en la Palabra, el carácter y las promesas de Dios. Mediante la fe, el Espíritu Santo da el poder, la confianza y la ayuda que necesitamos cada día a fin de vivir para el Señor

I. Crea la Palabra de Dios (Marcos 1:14,15; 4:14,20)

Jesús viajó desde Judea hasta Galilea después que Juan fue encarcelado (Marcos 1:14). A Juan el Bautista lo encarcelaron porque reprendió al rey Herodes por sus pecados, sobre todo el pecado que tenía que ver con Herodías, la esposa de su hermano (Lucas 3:19,20).
Jesús anunció las buenas nuevas del reino (vv. 14,15). Se requiere arrepentimiento y fe en Jesucristo para entrar en el reino de Dios.

Pregunta: ¿Qué significa arrepentimiento?
Arrepentimiento significa cambiar la mente y la actitud de uno, y apartarse del pecado y volverse a Dios. Una persona arrepentida debe lamentar sinceramente su pecado y cambiar su manera de vivir.
La fe incluye el confiar en Dios y depender de su perdón y su ayuda en la vida. El Señor quiere que todas las personas crean y se salven (2 Pedro 3:9).
En la parábola del sembrador (Marcos 4:3-20), la semilla representa la Palabra de Dios; el sembrador, el que predica el evangelio; y los terrenos, las distintas condiciones del corazón humano. Jesús presentó cuatro condiciones del corazón: duro, poco profundo, entre espinos y fructífero. El corazón duro resiste a la Palabra de Dios. El corazón superficial no tiene profundidad espiritual alguna. El corazón entre espinos permite que los afanes e intereses del mundo estorben la obra poderosa de la Palabra de Dios. El corazón fructífero está plenamente preparado para oír, recibir la Palabra y aplicarla a su vida. Ese corazón da una abundante cosecha espiritual para el Señor.
Es imprescindible que se siembre la Palabra de Dios. Tiene gran potencialidad porque origina cambios positivos en la vida de uno (véase Salmo 119:11,105; Juan 17:17). La Palabra de Dios es el fundamento sobre el cual las personas edifican toda su vida (véase Deuteronomio 8:3; Mateo 4:4). Jesús anunció el evangelio para que las personas se salvaran, le sirvieran y difundieran las buenas nuevas.

Pablo sabía que muchos de los israelitas habían rechazado el evangelio (Romanos 10:16). El Antiguo Testamento presenta muchas profecías de la venida del Mesías. Algunos que la rechazaron eran tercos, legalistas y duros de corazón, sin lugar en su vida para aceptar la gracia de Dios.
Se mostró esa gracia en los milagros de Dios, el sistema expiatorio, el ministerio sacerdotal y la provisión para su pueblo. Los que creyeron en la Palabra de Dios disfrutaron de sus promesas, su poder y su presencia en su vida. Anhelaban el día en que vendría el Mesías y establecería el reino de Dios y reinarían los justos. Hoy muchos rechazan las buenas nuevas del perdón y de la salvación de Dios.

Pregunta: ¿Por qué rechaza la gente el evangelio?
Algunos no creen en el infierno. Otros temen perder a sus amigos o renunciar a placeres terrenales. Muchos pasan por alto la necesidad de ayuda espiritual. Otros oyen el evangelio, pero no lo entienden y "viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón" (Mateo 13:19).
Cuando está preparado nuestro corazón, recibimos el evangelio y damos fruto. El crecer en la fe incluye el oír el evangelio anunciado (Romanos 10:17).

Pregunta: ¿Cómo podemos preparar el corazón para recibir la Palabra de Dios?
Debemos pedirle al Espíritu Santo que nos ayude a creer. Además, tenemos que desear que la Palabra nos ayude a crecer en la fe (1 Pedro 2:2). El crecer en la fe abarca más que simplemente escuchar lo que la Biblia dice. Hay que entender y aplicar la verdad de Dios a todas las circunstancias de la vida. La Palabra de Dios resulta poderosa y eficaz cuando la creemos, aceptamos y aplicamos a la vida diaria (Hebreos 4:12).
Los cristianos tienen la responsabilidad de predicar el evangelio de Jesucristo. La fe "es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios" (Romanos 10:17La gente anda en busca de ayuda, sentido en la vida y satisfacción espiritual. Los cristianos tienen las respuestas en las buenas nuevas de Jesucristo. Él espera que les den sus buenas nuevas a los demás. La última orden que dio Jesús antes de su ascensión fue que se proclamara el evangelio (Mateo 28:18-20; Lucas 24:45-48).
Los cristianos sienten un gozo extraordinario cuando le hablan a alguien de Jesucristo y de su amor. Nuestra responsabilidad es hablar. El Señor es el que salva, perdona, sana y guarda a quienes aceptan su gracia. Pero las personas tienen que oír antes que puedan creer. ¡Nos corresponde a nosotros ir y hablarles de Jesucristo para que crean en Él!

II. Sirva al Señor (Lucas 17:5,6)

Lucas y Mateo transcribieron la enseñanza de Jesús acerca del perdón (Lucas 17:1-4; Mateo 18:21,22). Mateo indica que esa enseñanza se presentó debido a una pregunta que hizo Pedro.
Pedro consideró que siete veces era suficiente para perdonar algo malo que le hubieran hecho. Algunos rabinos de la época de Cristo enseñaban que se debía perdonar sólo tres veces. La respuesta de Jesús, "setenta veces siete", quería decir perdón ilimitado (Mateo 18:22). No hay límite alguno donde hay fe y amor genuinos.

Pregunta: ¿Por qué es a veces difícil perdonar?
La naturaleza humana nos hace difícil el perdonar a los demás. Algunos no han aprendido a perdonar y a librarse de rencores.
Durante el discurso de Jesús acerca del perdón, los apóstoles le pidieron que les aumentara la fe (Lucas 17:5). Comprendían su falta de fe para perdonar como había enseñado Jesús. Como respuesta. Jesús puso de relieve la potencialidad y el poder de la fe (v. 6).

Pregunta: ¿Por qué es importante la fe para la vida cristiana?
La fe viva, poderosa y activa es el fundamento sobre el cual se edifica toda la vida cristiana. Una forma en que se ejemplifica eso es mediante el perdón que Jesús enseñó. La fe en Jesucristo se expresa en el servicio sincero y en la victoria espiritual.
Jesús comparó la fe con la semilla de mostaza (v. 6). La semilla de mostaza es pequeñita, pero crece hasta convertirse en árbol con grandes ramas y mucho fruto. Una pequeña cantidad de fe es eficaz para romper las cadenas de la falta de perdón. Jesús ilustró este concepto enseñando que una pequeña cantidad de fe podía arrancar de raíz un sicómoro y echarlo en el mar.
En esta ilustración. Jesús empleó una figura de dicción llamada hipérbole. Una hipérbole es una exageración de un concepto o una verdad para captar la atención y subrayar un punto importante. La proposición que estaba tratando de establecer era que una pequeña cantidad de fe, la fe que ya uno tiene, posee una potencialidad extraordinaria para los cristianos.
El sicómoro tiene fuertes raíces. Esa ilustración puso de relieve que una pequeña cantidad de fe es más poderosa que las raíces de la falta de perdón o la dificultad. Cuan emocionante es la verdad que se revela en este pasaje: Dios, deseando obrar en nuestra vida, responde a la fe que tenemos en Él, aun a la "fe [tan pequeña] como un grano de mostaza" (v. 6).

Pregunta: ¿Por qué hizo resaltar Jesús el deber constante?
En esa parábola Jesús hizo resaltar el deber de un siervo con su señor (Lucas 17:7-10). Un señor nunca serviría al siervo. Más bien esperaría que su siervo lo ayudara. Se supone que un siervo preste fielmente su servicio porque ese es su deber. Se pone de relieve ese principio muchas veces en la Biblia (Efesios 6:6,7).
El Señor espera fidelidad, ya sea que el servicio se haga en público o en privado. Los cristianos sirven sin considerar el reconocimiento, el aprecio ni los beneficios recibidos. La actitud del servicio cristiano debe ser amar a Dios y a las personas.

Pregunta: ¿Cómo contribuye a edificar nuestra fe el servir a Dios?
David tuvo la fe para derrotar a Goliat porque sabía cómo lo había ayudado Dios a derrotar al león y al oso (1 Samuel 17:37). A los discípulos se les reprendió por tener poca fe cuando interpretaron mal la advertencia de Jesús contra la levadura de los fariseo y de los herodianos (Marcos 8:14-21). Pensaron que estaba molesto porque no habían llevado pan. Jesús les recordó los milagros de alimentación de las multitudes.
La fe de los discípulos debió haber crecido gracias a esas experiencias de la milagrosa provisión de Dios. Pero no habían crecido aun lo suficiente en su fe y comprensión de Dios para reconocer que Él supliría para la necesidad. El recordar lo que ha provisto Dios en el pasado nos ayudará a creer en Él para lo que necesitamos hoy.

III. Practique disciplinas espirituales (Colosenses 2:5-7)

Pablo nunca había estado en Colosas; sólo había oído de la fe de ellos en el Señor (Colosenses 1:4,9). Epafras, quien probablemente se salvara mediante el ministerio de Pablo en Éfeso, predicó en Colosas y ayudó a establecer aquella iglesia (v. 7).
Pablo exhortó a los cristianos colosenses que siguieran fieles al Señor (2:5-7). No quería que fueran engañados por las falsas doctrinas que se habían infiltrado en la iglesia. Pablo refutó esas doctrinas a lo largo de toda esa epístola.
Entre las falsas doctrinas que había en Colosas estaban el ritualismo (Colosenses 2:16,17); el ascetismo (v. 21); la adoración de ángeles (2:18); la interpretación equivocada de la naturaleza de Jesucristo (v. 3,9); el conocimiento secreto (v. 18); y confianza en la sabiduría humana (vv. 4,8). Aun en la actualidad hay personas que luchan con muchas de esas cuestiones.
En el mundo actual, muchos falsos maestros dicen tener poderes espirituales extraordinarios, anunciando un resonante mensaje positivo. Sin embargo, están lejos de las sanas enseñanzas de la Biblia. Los cristianos deben cuidarse de la falsa doctrina. Deben estar firmes en sus creencias para que no influya en ellos y los engañe la falsa enseñanza.
Pablo empleó imágenes conocidas para hacer resaltar la necesidad de crecimiento y estabilidad espiritual. Él empleó ilustraciones verbales alusivas a un ejército, un árbol, un edificio, una escuela y un río a fin de mostrar distintos aspectos del crecimiento cristiano.
Los términos "orden" y "firmeza" (v. 5), alude a un ejército debidamente alineado para la batalla. Los soldados deben estar adiestrados, preparados para la lucha, y deben obedecer las órdenes. También los cristianos deben estar preparados para la lucha espiritual (Efesios 6:10-18).
La palabra "arraigados" (Colosenses 2:7) es un término agrario. Nos recuerda un árbol enraizado, que crece robusto. De igual manera, un cristiano está arraigado al creer en Jesucristo y crece en la fe y lleva fruto (Juan 15:1-8).
La palabra "sobreedificados" (Colosenses 2:7) es un término arquitectónico. Indica que la construcción sigue en progreso. Eso puede alentar nuestra fe, sabiendo que Dios no ha terminado con nosotros todavía.
Empleando la frase "como habéis sido enseñados", Pablo presentó la idea de una escuela para ilustrar la necesidad de instrucción en la Palabra de Dios. El estudiar la Biblia con la iluminación del Espíritu Santo ayuda a los cristianos a crecer en la fe.
La última ilustración verbal que Pablo empleó para el crecimiento cristiano se encuentra en la palabra "abundando". Esa palabra sugiere un río desbordado. Los cristianos han de desbordarse con acción de gracias al Señor por sus bendiciones.

Pregunta: ¿Por qué deben orar los cristianos?
El fundamento de una vida cristiana es su "santísima fe" (Judas 20). La oración resulta en edificación espiritual. Edificación significa crecer o fortalecerse.
La oración es más que pedirle al Señor que satisfaga nuestras necesidades. Oración es la comunión con el Señor en la que los creyentes buscan, aprenden y obedecen la voluntad de Dios (Hechos 4:23-31). Cuando los cristianos pasan tiempo con Jesucristo en la oración, se vuelven espiritualmente fuertes y están preparados para enfrentarse a las inesperadas dificultades de la vida.
La frase "orando en el Espíritu Santo" (v. 20) sin duda incluye el orar en lenguas, o como dicen algunos, empleando nuestro lenguaje de oración. Pero la Biblia no lo limita a eso.
Efesios 6:18 nos alienta a que oremos siempre con toda oración y con específica súplica en el Espíritu. Eso indicaría el orar en el Espíritu con nuestro entendimiento en nuestro propio idioma además de orar en lenguas. Asimismo, en 1 Corintios 14, Pablo habló de orar con el espíritu (en lenguas) y con el entendimiento (en un idioma conocido).
El Señor desea que sus hijos crezcan en la fe y que permanezcan en su amor hasta que los lleve al cielo (v. 21). Una fe creciente recibe la misericordia de Dios, y por último nos da vida eterna.

La fe proporciona un fundamento sobre el cual edificar nuestra vida espiritual e influye en toda nuestra manera de vivir. Mediante la fe, vivimos en una diaria expectativa de la bondad de Dios.
Esta lección ha descrito cómo podemos crecer en la fe cristiana mediante la disciplina y el servicio espiritual. La fe crece cuando activa y constantemente estudiamos la Biblia, oramos, crecemos en las pruebas y dependemos del Espíritu Santo. La fe mantiene a los cristianos en el amor y la misericordia del Señor. La fe es un requisito indispensable, porque sin ella no se puede agradar a Dios (Hebreos 11:6)
Debemos oír, entender y aplicar la verdad de Dios a nuestra vida. No debemos permitir que la dureza espiritual, las emociones ni el afán de este siglo estorben la potencialidad del evangelio en nosotros. La Palabra de Dios es eficaz en ayudar que la fe crezca y es el fundamento seguro sobre el cual se edifica la vida de uno.
Los creyentes deben mostrar crecimiento en la fe. El perdón es una forma de mostrar esa fe creciente. También se expresa mediante el fiel servicio cristiano. Además, cumplir nuestro deber indica genuino amor al Señor. Por último, una actitud agradecida caracteriza la fe creciente.
Fuente:

Aplicación

B. Edificación espiritual

A. Progreso espiritual

B. Deber constante

A. Fe fructífera

B. La Palabra de Dios creída

A. La Palabra de Dios anunciada

Comentario Bíblico

Introducción

Objetivo:

III. Practique disciplinas espirituales

II. Sirva al Señor

Bosquejo
I. Crea la Palabra de Dios


sábado, 5 de noviembre de 2011

El corazón perdonador






El corazón perdonador


Verdad central: Cuando perdonamos a los demás, Dios nos perdonará a nosotros.

Texto áureo: Si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial. Mateo 6:14

Trasfondo bíblico: Mateo 18:15-35
Bosquejo:
I. Perdón sin límites
A. Motivo del perdón
B. Extensión del perdón
IIEjemplo de perdón
A. El perdón necesario
B. El perdón concedido
III. Necesidad de perdón
A. El perdón negado
B. El rencor y la gracia
Objetivo:
Aceptar y obedecer la enseñanza de Cristo respecto a la necesidad de perdonar a los demás.
Introducción
Algunas de las mayores bendiciones de nuestra vida cristiana resultan de las relaciones que tenemos con otros creyentes. A medida que cultivamos estas relaciones, podemos ser fortalecidos en nuestro andar espiritual. La estrecha comunión espiritual que resulta de esas amistades puede ayudarnos en los tiempos difíciles de nuestra vida.
Una de las cosas más devastadoras que tiene lugar en la Iglesia es el deterioro de las relaciones entre creyentes. A veces aun una acción insignificante puede hacer que una persona se sienta ofendida. Si no se resuelve la ofensa, puede abrigarse la amargura. Y a la larga se quebrantará la relación entre esas personas.
Es probable que a cada uno de nosotros se le haya ofendido de alguna manera. ¿Cómo resolvemos esas situaciones? Como creyentes, nuestra reacción ha de ser muy distinta de la de quienes son del mundo. En Mateo 18, Jesús enseñó que el perdón es parte esencial de la vida cristiana robusta. No podemos permitir la falta de perdón y la amargura en nuestra vida. Debemos procurar la reanudación de relaciones con los hermanos en la fe que nos hayan ofendido.
Comentario Bíblico
I. Perdón sin límites (Mateo 18:15-20)
A. Motivo del perdón
En Mateo 18, Jesús respondió a la pregunta de sus discípulos respecto a quién es el mayor en el reino de los cielos (v. 1). En su respuesta. Jesús indicó que todo el mundo es importante en el reino. Se están preparando las condiciones para que Jesús les enseñe a sus discípulos cómo y por qué han de mostrar misericordia y perdón, aun a quienes pequen contra ellos (v. 15).
Pregunta ¿Qué significa pecar contra otro creyente?
El verbo "pecar" en este contexto incluye el quedar mal, el quebrantar un secreto confidencial o el traicionar a un hermano, o herir a otra persona con su actitud. Aunque pudiéramos considerar algunas de esas actitudes como ofensas insignificantes, debemos reconocer el grave y devastador carácter del pecado.
Pregunta: ¿Cuál es una reacción común cuando se nos trata mal o injustamente?
Cuando nos hacen mal, a menudo nuestra primera reacción es vengarnos o guardar rencor. Pero nuestras reacciones no deben ser como las de quienes no son cristianos. En los versículos 15-17, Jesús presentó la forma en que los creyentes deben tratar a quienes pequen contra ellos.
Jesús dijo que el que ha sido ofendido ha de iniciar la tentativa de reconciliación yendo a ver a la persona que lo haya ofendido. La privacidad asegura que la persona que ha pecado no se sienta humillada ni avergonzada. Asimismo, el que confronta debe recordar que el motivo de la confrontación es la restitución. No puede haber pensamiento alguno de venganza.
Si la persona que pecó se niega a reconciliarse, el que procura la reconciliación ha de llevar consigo a uno o dos creyentes más en una nueva tentativa de reconciliación. Esos testigos adicionales pueden asegurar que el que busca la reconciliación tiene motivos correctos. También pueden ayudar al que ha pecado a comprender la gravedad de su conducta y su necesidad de arrepentirse.
Si el que pecó rechaza esas tentativas de reconciliación, entonces se le ha de llevar ante la iglesia (v. 17). En un último recurso, se le da la oportunidad de arrepentirse y de ser restaurado a la comunión en la comunidad de la fe.
Lamentablemente, hay veces en que la persona que ha pecado se niega a humillarse y a arrepentirse. La única alternativa es la separación del cuerpo de creyentes y tratarlo como "gentil y publicano" (v. 17). Tal vez esa medida radical ayude a esa persona a comprender su necesidad de arrepentirse.
Pregunta: ¿Por qué debe separarse de una iglesia a una persona que no se arrepiente?
La Biblia enseña la importancia de la separación del pecado (1 Corintios 5:9-13). A una persona que no se arrepiente se le debe disciplinar para el bien del pecador (2 Tesalonicenses 3:14,15), a fin de mantener la pureza en la iglesia e impedir que otros se descarríen.
Pregunta: ¿Cómo se relaciona el concepto de atar y desatar (Mateo 18:18) con la restitución de un creyente?
En algunos círculos cristianos se ha empleado mal el atar y desatar. Al compararse con Mateo 16:19 y Juan 20:23, vemos que proclamar el mensaje del reino lo abre a quienes aceptan su mensaje. Asimismo, quienes rechazan su mensaje son esclavos, y no están libres de sus pecados.
De igual manera, cuando le ofrecemos reconciliación a un creyente que está pecando, le brindamos libertad. Pero si rechaza nuestras tentativas de reconciliación, él sigue atado por el pecado.
Pregunta: ¿Por qué es importante la oración en la restitución de un creyente que ha pecado (Mateo 18:19,20)?
Jesús quería que conociéramos el poder que está a nuestro alcance cuando oramos por quienes están alejados de Dios. Cuando dos o tres personas (tal vez las que primero fueron a ver al creyente no arrepentido) se reúnen para orar, Dios oirá y contestará su oración. Y pueden estar seguros de que Él está con ellos.
Pregunta: A la luz de Mateo 18:15-20, ¿cómo deben considerar la disciplina de la iglesia los pastores y los miembros?
Es necesaria la disciplina de la iglesia debido a las posibles consecuencias para quienes se someten a la disciplina. Aunque los creyentes deben procurar la restitución de los creyentes que pecan, las consecuencias del pecado sin arrepentimiento son muy severas. Debido a eso, debemos aplicar la disciplina con oración.
Asimismo, los pastores deben buscar la sabiduría de Dios. No pueden guardar ningún rencor ni amargura alguna. Durante todo el proceso, la meta es restitución. Aun cuando se lleve a un pecador ante todo el cuerpo de creyentes, el proceso debe efectuarse con amor.
B. Extensión del perdón
Jesús continuó fortaleciendo la enseñanza sobre el perdón mientras respondía a la pregunta de Pedro: "¿Cuántas veces perdonaré a mi hermano?" (Mateo 18:21). La antigua literatura rabínica enseñaba que una persona debía perdonar a otra tres veces. Es probable que Pedro pensara que estaba siendo generoso cuando sugirió perdonar siete veces. Pero en su respuesta Jesús enseñó una actitud revolucionaria respecto al perdón.
Pregunta: ¿Qué significa perdonar "setenta veces siete"?
Algunas traducciones dicen "setenta y siete veces"; otras indican que la respuesta de Jesús sería "cuatrocientas noventa veces" (v. 22). Pero el número es poco importante; lo que importa es que el perdón de los creyentes ha de ser ilimitado. Esta es una enseñanza revolucionaria en un mundo que procura vengarse.
Si contamos cada mal que perdonamos, no estamos de veras perdonando. Más bien perdonar a los demás quiere decir que ni nos acordamos del mal que se comete contra nosotros.
La actitud y la conducta que se aconseja en Mateo 18:15-22 sólo se alcanzará gracias al poder de Dios. Pero como muestra la parábola en los versículos 23-35, nuestra actitud en cuanto a perdonar incluso la injusticia más horrible puede seguir siendo buena si mantenemos una perspectiva espiritual.
II. Ejemplo de perdón: (Mateo 18:23-25)
A. El perdón necesario
Jesús fortaleció su enseñanza sobre el perdón empleando una parábola para ilustrar el verdadero perdón. Esta parábola describe la conducta de los ciudadanos del reino de Dios (Mateo 18:23).
En la época del Nuevo Testamento, a veces se les daba a los siervos cargos de supervisores de los asuntos económicos de un rey. En esa parábola, el rey decidió arreglar las cuentas con sus siervos. Comenzó con un siervo cuya deuda era increíblemente elevada (v. 24). Diez mil talentos es una suma casi incalculable de dinero. En la actualidad, la deuda del siervo sumaría varios millones de dólares.
Pregunta: ¿Por qué le atribuye Jesús un elevado valor a la deuda en esa parábola?
Jesús empleó una cantidad extraordinaria de dinero para mostrar que era imposible pagar esa deuda. El rey tenía el derecho de vender al siervo, así como a su familia, como esclavos para saldar la deuda. Sin embargo, en este caso hasta eso sería insuficiente. Las medidas que tomó el rey respecto al siervo en el versículo 25 fueron estrictamente punitivas. Iba a descargar su ira sobre un hombre que no tenía poder alguno para detenerlo.
Pregunta: ¿Cómo ilustra esta parábola, nuestra posición como pecadores antes que aceptáramos a Cristo como nuestro Salvador?
Esta parábola prepara el escenario para una enseñanza convincente respecto a la misericordia y el perdón. Se parece mucho a la situación en que nos encontramos cuando no conocemos a Cristo como Salvador. Tenemos una deuda que no podemos pagar. No hay forma en que podamos ganar la salvación con nuestras propias obras.
B. El perdón concedido
El siervo en esa parábola le había fallado al rey y había incurrido en una deuda que jamás podía pagar. Sólo podía hacer una cosa. Cayendo de rodillas ante el rey, el siervo le pidió misericordia (Mateo 18:26). Aunque era imposible pagar tal cantidad, el siervo le pidió tiempo para pagarle la deuda.
El rey sabía que era imposible que le pagara la deuda. Movido a misericordia, el rey perdonó la deuda (v. 27). Al hacer eso, el rey hizo algo más que sentir compasión por el siervo; también lo amó. Al perdonarle esa deuda, el rey además trató al siervo como uno de los suyos. Vio al siervo como algo más que un deudor; lo vio como persona.
Pregunta: ¿Cómo el perdón del rey ejemplifica el perdón de Dios?
El rey representa a Dios, mientras que el siervo representa al pecador. No puede calcularse el perdón que nos ha concedido Dios. Debido a nuestro pecado, tenemos una deuda incalculable con Dios. No tenemos esperanza alguna aparte de su misericordia, pero Él nos ha mostrado gran compasión.
La palabra traducida "perdonó" en el versículo 27 ilustra el perdón de Dios de los pecados (véase Mateo 6:14,15). Para nuestra forma de pensar, nuestra única esperanza de evitar el castigo sería que de algún modo pagáramos la deuda. Pero Dios sabe que es imposible que paguemos la deuda de nuestros pecados. Dios responde con gracia inimaginable a nuestras súplicas de misericordia. Mediante la obra expiatoria de Cristo, sencillamente nos perdona la deuda y nos restituye a una buena relación con Él.
Cuando nos rendimos a Dios, no hay penitencia alguna que cumplir ni castigo alguno que sufrir. El evangelio del perdón resuena en este pasaje, y va en crescendo mientras la misericordia de Dios se contrasta con la conducta despiadada del siervo en los versículos siguientes.
III. Necesidad de perdón (Mateo 18:28-30)
A. El perdón negado
El siervo a quien el rey había perdonado salió de la presencia del rey y se encontró con otro siervo que le debía dinero, y le exigió que le pagara (Mateo 18:28). Este siervo le pidió misericordia, tal como había hecho el primer siervo ante el rey (v. 29). Mientras que la cantidad de la deuda del primero era enorme, la deuda de este otro era insignificante. Cien denarios serían hoy sólo algunos dólares.
Aunque al primer siervo se le acababa de perdonar una deuda increíblemente enorme, reaccionó con ira y falta de perdón al clamor de misericordia de su consiervo. Incluso recurrió a la violencia física. Olvidando el perdón que acababa de recibir, echó en la cárcel a su consiervo hasta que pudiera pagarle la deuda (w. 28-30).
Pregunta: ¿Por qué trató el primer siervo con tanta rudeza a su consiervo?
Es evidente que el siervo no se sintió conmovido por la misericordia que se le había mostrado. A diferencia de su propia deuda, cien denarios se pudieran haber pagado fácilmente. Pero el corazón del siervo era malo, y no fue transformado por la benevolencia del rey. Cuando tuvo la oportunidad de imitar la misericordia que había recibido, se negó a mostrar misericordia.
B. El rencor y la gracia
La conducta injusta del siervo no pasó inadvertida. Algunos siervos le informaron al rey acerca del siervo ingrato. El rey se enojó y le retiró su misericordia (Mateo 18:31-34.).
Pregunta: ¿Por qué el rey retiró su misericordia? "
El rey se asombró de que su siervo se negara a perdonar una deuda insignificante cuando le había perdonado a ese siervo una deuda de proporciones infinitas. El rey reconoció la maldad en el corazón de ese siervo y lo condenó a ser encarcelado y torturado hasta que pagara la deuda.
Como no había mostrado misericordia, no recibió ninguna. Como no estuvo dispuesto a perdonar una deuda insignificante, perdió su perdón de una deuda mucho más grande.
El perdón de Dios exige que seamos a la vez perdonadores. Cualquier pecado cometido contra nosotros es insignificante al compararse con el pecado que hemos cometido contra Dios. Pero cuando clamamos a Dios, recibimos su misericordia y su perdón.
Pregunta: ¿Por qué no nos perdonará Dios si no somos perdonadores?
La falta de perdón no es consecuente con lo que significa ser hijo de Dios. Al pueblo de Dios se le llama a reflejar su naturaleza. Dios es misericordioso y perdonador, y Él espera que también lo sean sus hijos. Como Dios es perdonador, es contradictorio llamarse cristiano mientras se alberga amargura hacia otro creyente.
Según el versículo 35, hay un castigo para la falta de perdón. Un cristiano que se niega a perdonar está haciendo algo muy peligroso. Finalmente perderá el perdón de Dios. Esto tiene consecuencias eternas.
En esta vida pudiéramos ser heridos por los demás, incluso por hermanos en la fe. Ese es un lamentable resultado de la imperfección humana. Pero es posible el perdón. En realidad, podemos perdonarnos los unos a los otros con regocijo cuando recordamos el perdón insondable que nos ha concedido nuestro Padre celestial.
Aplicación
Vivimos en un mundo muy ególatra. Y en la búsqueda de beneficio social y material, las personas pueden resultar heridas por la conducta egoísta de los otros. Aun en la iglesia, las personas sufren por la conducta descuidada o indiferente de los demás. Pero los creyentes no podemos reaccionar como el mundo, con amargura o falta de perdón. Cristo nos ha ordenado que hagamos todo lo posible por reconciliarnos con quienes nos hayan ofendido.
Tal vez alguien lo haya ofendido y usted necesite hacer un esfuerzo por restablecer su relación con esa persona. Pídale a Dios que le ayude mientras usted habla con esa persona. Crea que Dios obrará en el corazón de esa persona también. Perdone a esa persona de todo corazón.