miércoles, 11 de noviembre de 2009

Proverbios 29

Proverbios 29

1 El hombre que reprendido endurece la cerviz, De repente será quebrantado, y no habrá para él medicina. 

2 Cuando los justos dominan, el pueblo se alegra;
 Mas cuando domina el impío, el pueblo gime. 

3 El hombre que ama la sabiduría alegra a su padre;
 Mas el que frecuenta rameras perderá los bienes. 

4 El rey con el juicio afirma la tierra;
 Mas el que exige presentes la destruye. 

5 El hombre que lisonjea a su prójimo,
 Red tiende delante de sus pasos. 

6 En la transgresión del hombre malo hay lazo;
 Mas el justo cantará y se alegrará. 

7 Conoce el justo la causa de los pobres;
 Mas el impío no entiende sabiduría. 

8 Los hombres escarnecedores ponen la ciudad en llamas;
 Mas los sabios apartan la ira. 

9 Si el hombre sabio contendiere con el necio,
 Que se enoje o que se ría, no tendrá reposo. 

10 Los hombres sanguinarios aborrecen al perfecto,
 Mas los rectos buscan su contentamiento. 

11 El necio da rienda suelta a toda su ira,
 Mas el sabio al fin la sosiega. 

12 Si un gobernante atiende la palabra mentirosa,
 Todos sus servidores serán impíos. 

13 El pobre y el usurero se encuentran;
 Jehová alumbra los ojos de ambos. 

14 Del rey que juzga con verdad a los pobres,
 El trono será firme para siempre. 

15 La vara y la corrección dan sabiduría;
 Mas el muchacho consentido avergonzará a su madre. 

16 Cuando los impíos son muchos, mucha es la transgresión;
 Mas los justos verán la ruina de ellos. 

17 Corrige a tu hijo, y te dará descanso,
 Y dará alegría a tu alma. 

18 Sin profecía el pueblo se desenfrena;
 Mas el que guarda la ley es bienaventurado. 

19 El siervo no se corrige con palabras;
 Porque entiende, mas no hace caso. 

20 ¿Has visto hombre ligero en sus palabras?
 Más esperanza hay del necio que de él. 

21 El siervo mimado desde la niñez por su amo,
 A la postre será su heredero. 

22 El hombre iracundo levanta contiendas,
 Y el furioso muchas veces peca. 

23 La soberbia del hombre le abate;
 Pero al humilde de espíritu sustenta la honra. 

24 El cómplice del ladrón aborrece su propia alma;
 Pues oye la imprecación y no dice nada. 

25 El temor del hombre pondrá lazo;
 Mas el que confía en Jehová será exaltado. 

26 Muchos buscan el favor del príncipe;
 Mas de Jehová viene el juicio de cada uno. 

27 Abominación es a los justos el hombre inicuo;
 Y abominación es al impío el de caminos rectos.

Comentario al Proverbios  29

Tomado de "Comentario Exegético-Devocional A Toda La Biblia."
Libros poéticos -Proverbios Tomo-2. Editorial CLIE.

Versículo 1
Muy de lamentar es la obstinación de los malvados. Son reprendidos y amonestados con frecuencia («el hombre de reprensiones, dice lit. el texto) por padres y amigos, por magistrados y ministros de Dios, pero endurecen su cerviz (comp. Ex. 32:9), es decir, se niegan a inclinar el cuello en señal de sumisión; lo cual es una locura, pues les espera un quebrantamiento sin medicina. El que no se inclina ante la vara, será quebrantado con el hacha.
Versículo 2
Aquí tenemos otra variante de 28:12, 28, como ya indicamos allí.
Versículo 3
Para la 1a. parte del versículo, véase 10:1; 15:20. Podrá llamársele 'filósofo', que significa 'amigo de la sabiduría', pero el verbo hebreo para 'amar' es aquí más fuerte que el griego; además, la sabiduría semita, bíblica, es práctica, no es meramente especulativa como solía ser, con pocas excepciones, la filosofía griega. Cohen hace notar que la sustitución de 'hijo' por 'varón' en este proverbio podría dar a entender un hijo ya mayor que es el sostén de sus padres, por lo que éstos se alegran de que no gaste su dinero con rameras (comp. Lc. 15:30), quienes le arruinarían el alma, el cuerpo y la hacienda.
Versículo 4
Por medio de ¡ajusticia el rey afianza, esto es, estabiliza y hace prosperar, su país, pues se asegura la paz, se respetan las libertades y las propiedades de los súbditos e impera el orden en la sociedad. Mas el que lo carga de impuestos lo destruye, lo arruina. El vocablo hebreo para 'impuestos' significaba la parte de las ofrendas en los sacrificios que se asignaba a los sacerdotes, pero en Ez. 45:13, 16 indica los dones presentados al príncipe de Israel. Es curioso -nota del traductor- que Salomón diga esto (V. Mt. 7:3-5), cuando él mismo cargó de impuestos al país (V. 1 R. 4:7 y ss.; 12:4). Es muy probable que Salomón escribiera esto antes de caer él en el mismo vicio. El caso es muy frecuente.
Versículo 5
El hombre que lisonjea (Lit. suaviza, ya sea sus palabras o, más probable, la senda, haciéndola resbaladiza) a su prójimo para atraérselo y conseguir de él algún favor no según justicia, le está incitando al pecado, le tiende un lazo; sin embargo, tanto Cohen como Ryrie opinan (nota del traductor; en efecto, guarda mejor el paralelismo y conecta con el v. 6) que se trata de los pasos del propio adulador (comp. con 26:27; 28:10).
Versículo 6
Un pecado es tentación para otro pecado y hay calamidades que, como un lazo, caen de repente sobre los malvados en medio de sus transgresiones. Esos lazos echan a perder todo el placer que los malvados hallan en sus transgresiones; pero los justos son preservados de tales lazos, caminan en libertad y, por eso, cantan y se alegran.
Versículo 7
El juez justo conoce (es decir, considera, investiga y reconoce) la causa (lit. el juicio, el derecho) de los pobres, de los desvalidos. Todos deben tener consideración con los pobres (V. Sal. 41:1), pero los jueces tienen un deber especial por el cargo que desempeñan. El sentido de la justicia debe hacer a los jueces y a los abogados tan solícitos y laboriosos en la causa del pobre como si se tratase de un magnate de quien esperasen grandes beneficios. Mas el juez malvado no entiende conocimiento (lit.), no presta atención a los derechos de los pobres, de los desvalidos, porque carece del discernimiento necesario para reconocerlos (V. Job 29:16).
Versículo 8
Comp. este v. con 11;11; 22:10, especialmente con el segundo. Los escarnecedores siembran el desorden y la confusión, pues no se paran a pensar en las consecuencias de sus acciones; se burlan hasta de pensar con reflexión, se burlan de ser refrenados por leyes y constituciones; quebrantan la palabra dada, porque se burlan de verse ligados por sus propias palabras. En cambio, los sabios calman la ira, es decir, se esfuerzan en suavizar diferencias a fin de que impere una atmósfera de paz.
Versículo 9
Si un sabio contiende con otro sabio, puede esperarse entendimiento entre las partes y que se resuelva el asunto amistosamente; pero, si contiende (hebr. nishpat, contender enjuicio) con un necio, no habrá arreglo posible, no habrá quietud (lit.) de ánimo. Lo mismo da que el necio se enfurezca o se burle de lo que se le dice; no sacará nada de él. Si se entiende del sabio (el sentido es ambiguo), ya se enoje o se ría, lo mismo si toma en serio que si toma a broma el tratar con tal necio, ningún bien sacará con ello, sólo perderá la calma propia del hombre prudente.
Versículo 10
Los sanguinarios, los sedientos de sangre inocente, aborrecen al íntegro, al intachable, pues son como la descendencia de la vieja serpiente, el homicida desde el principio (Jn. 8:44), mientras que los rectos van en busca del intachable, desean hacerle bien. Es cierto que la frase 'buscar el alma' (o mejor, la vida) de alguien suele significar intención de dar muerte a la persona, pero, como dice J.J Serrano, 'la mala intención queda excluida en el caso presente por el paralelismo antitético'. Lo mismo opina el rabino Cohen, quien añade: 'Este es el único modo satisfactorio de explicar el texto, y el argumento de que la frase tiene de ordinario el sentido opuesto no es decisivo contra él'.
Versículo 11
Necio es ciertamente el que ante la menor provocación, da rienda suelta a toda su ira, diciendo lo que le viene a la boca, sin reflexión ni consideración. En cambio, el sabio se domina a sí mismo; prudente y reflexivo, mide sus palabras con calma y escucha con atención lo que se dice.
Versículo 16
Cuanto mayor es el número de los pecadores, tanto mayor es el número de los. pecados. En el antiguo mundo, cuando comenzaron los hombres a multiplicarse (Gn. 6:1), comenzaron a degenerarse y a corromperse a sí mismos y unos a otros. Y cuanto mayor es el número de pecados, tanto más cerca está la ruina profetizada. Pero el aumento de pecados y de pecadores no debe sacudir la fe ni la esperanza de los justos. Que no digan éstos que Dios ha abandonado la tierra, sino que esperen con paciencia y tendrán la satisfacción de ver la ruina de los malvados.
Versículo 17
Es un placer para los padres, sólo conocido de quienes disfrutan de esta bendición, ver el feliz resultado de la buena educación que dieron a sus hijos, y contemplar la perspectiva de un buen porvenir para ellos, tanto en este mundo como en el otro. Los niños deben ser disciplinados; no se les debe permitir que hagan lo que quieran y que se vayan sin reprensión cuando hacen algo que no es conveniente.
Versículo 18
Sin profecía (lit.sin visión, esto es, sin visión profética), sin alguien que exponga la ley y amoneste al pueblo de parte de Dios (Comp. Ex. 32:25, -el efecto de la ausencia de Moisés), el pueblo se desenfrena(comp. 1 S. 3:1). pero cuando se guarda la ley, hay dicha, porque hay moralidad y orden, así como justicia y generosidad. Dice Cohen: 'Se indica aquí que cuando los judíos son responsables de la cesación de la profecía, arrojan de sí todo freno y adoptan caminos malvados'.
Versículo 19
Los malos sirvientes obedecen, no por amor, sino por miedo; no se corrigen con palabras, esto es, con buenas razones, sino por la fuerza. Entienden lo que se les dice o se les manda, pero no hacen caso; se portan como si fuesen sordos: no hay respuesta (lit.) de ellos.
Versículo 20
El que es ligero en sus palabras, que se precipita a hablar sin reflexionar (contra lo que dice Stg. 1:19'tardo para hablare es sin remedio; más esperanza hay del necio que de él (comp. 26:12 para esta frase). Al menos, el necio que reflexiona un poco antes de hablar, ya reconoce algún tanto su necedad, con lo que puede comenzar a ir por el camino de la sabiduría. Hay quienes, por naturaleza, son de cortos alcances y avanzan muy despacio en sus estudios, pero llegan a obtener mayores conocimientos y ser de mayor provecho en la vida que los que poseen genio vivo y clara inteligencia, pero carecen de reflexión y prudencia.
Versículo 21
La amonestación es clara, pero la predicción es oscura, porque el vocablo hebreo manón no sale en ningún otro lugar de la Biblia. Los eruditos Ewald y Nowack lo traducen por 'desagradecido' (nota del traductor). Según eso, el proverbio diría: «El que mima desde la niñez a su esclavo, al final se le volverá desagradecido», es decir, se creerá que es el amo, como si a él le perteneciese la hacienda. Aunque los comentaristas difieren en cuanto a la traducción del vocablo manón, el sentido que a la fiase le dan los modernos es, más o menos, el que aquí le hemos dado.
Versículo 22
La primera parte del versículo es una repetición de 15:18, con la ligera variante del vocablo 'iracundo'que, en 15:18, significa literalmente 'hombre de ardor', de genio pronto, presto a enfurecerse, que es precisamente el vocablo que sale en la segunda parte del presente versículo, y del que se dice aquí queabunda en transgresiones (lit.), porque, en su furia, el sentido moral queda obnubilado por los humos del mal genio.
Versículo 23
Compárese este proverbio con 11:2; 15:33; 16:18 y 18:12. Cohen cita un adagio rabínico, de autor desconocido: El que corre tras el honor, halla que el honor huye de él; pero al que huye del honor, le persigue el honor'.
Versículo 24
El cómplice del ladrón aborrece su propia alma, pues contribuye a su propia ruina, conforme al contexto posterior: oye la imprecación, es decir, el conjuro, la invitación del juez a testificar el hecho y no lo denuncia (comp. Lv. 5:1) porque se denunciaría a sí mismo; será condenado, por tanto, por no querer testificar o, más probable, por perjurio.
Versículo 25
La enseñanza de este proverbio es frecuente en la Biblia (V. 18:10; 28:25, además de Gn. 12:12; 20:2, 11; Sal. 91:1-6; Lc. 12:4; Jn. 12:42, 43). Aun hombres buenos, como Abraham y Simón Pedro, por temor a los hombres, cayeron en el lazo; Abraham negó a su esposa, y Pedro negó a su Maestro.
Versículo 26
El proverbio se refiere al caso en que una persona busca el favor (lit. el rostro, esto es, una expresión facial favorable) del gobernante y, para ello, emplea cualquier medio (soborno, adulación, etc.) con tal de obtener veredicto favorable en un juicio, litigio, etc. Pero el juicio definitivo de cada uno en cada caso pertenece a Dios, aun cuando un gobernante o juez injusto condene a un inocente. Salomón mismo era un gobernante y, como se dice en castellano 'conocía bien el paño; más de uno acudiría a él buscando favor por medios deshonestos. Amán disponía del favor de Asuero, pero de poco le sirvió. Lo que importa de veras no es el favor del príncipe, sino el favor de Dios.
Versículo 27
El proverbio expresa no sólo la oposición innata entre el vicio y la virtud, sino también la antigua enemistad, siempre existente, entre la simiente de la serpiente y la simiente de la mujer (Gn. 3:15). Todos los que han sido santificados tienen arraigada antipatía a la maldad y a los malvados. Con esta mutua repugnancia entre el justo y el impío, entre el mal y el bien, se cierran los proverbios de Salomón, pues lo que queda son apéndices al libro.

Proverbios 30 (Las palabras de Agur)

Proverbios 30 -Las palabras de Agur.

1 Palabras de Agur, hijo de Jaqué; la profecía que dijo el varón a Itiel, a Itiel y a Ucal.

2 Ciertamente más rudo soy yo que ninguno, Ni tengo entendimiento de hombre. 

3 Yo ni aprendí sabiduría, Ni conozco la ciencia del Santo. 

4 ¿Quién subió al cielo, y descendió?
 ¿Quién encerró los vientos en sus puños? 
¿Quién ató las aguas en un paño?
 
¿Quién afirmó todos los términos de la tierra? 
¿Cuál es su nombre, y el nombre de su hijo, si sabes?
 

5 Toda palabra de Dios es limpia; El es escudo a los que en él esperan. 

6 No añadas a sus palabras, para que no te reprenda, Y seas hallado mentiroso. 

7 Dos cosas te he demandado; No me las niegues antes que muera: 

8 Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí; No me des pobreza ni riquezas; 
Manténme del pan necesario;
 

9 No sea que me sacie, y te niegue, y diga: ¿Quién es Jehová? O que siendo pobre, hurte, Y blasfeme el nombre de mi Dios. 

10 No acuses al siervo ante su señor, No sea que te maldiga, y lleves el castigo. 

11 Hay generación que maldice a su padre Y a su madre no bendice. 

12 Hay generación limpia en su propia opinión, Si bien no se ha limpiado de su inmundicia. 

13 Hay generación cuyos ojos son altivos Y cuyos párpados están levantados en alto. 

14 Hay generación cuyos dientes son espadas, y sus muelas cuchillos, 
Para devorar a los pobres de la tierra, y a los menesterosos de entre los hombres.
 

15 La sanguijuela tiene dos hijas que dicen: !!Dame! !!dame! Tres cosas hay que nunca se sacian; Aun la cuarta nunca dice: !!Basta! 

16 El Seol, la matriz estéril, La tierra que no se sacia de aguas, Y el fuego que jamás dice: !!Basta! 
17 El ojo que escarnece a su padre
 Y menosprecia la enseñanza de la madre, Los cuervos de la cañada lo saquen, Y lo devoren los hijos del águila. 

18 Tres cosas me son ocultas; Aun tampoco sé la cuarta: 

19 El rastro del águila en el aire; El rastro de la culebra sobre la peña; El rastro de la nave en medio del mar; Y el rastro del hombre en la doncella. 

20 El proceder de la mujer adúltera es así:
 Come, y limpia su boca Y dice: No he hecho maldad. 

21 Por tres cosas se alborota la tierra,
 Y la cuarta ella no puede sufrir: 

22 Por el siervo cuando reina;
 Por el necio cuando se sacia de pan; 

23 Por la mujer odiada cuando se casa;
 Y por la sierva cuando hereda a su señora. 

24 Cuatro cosas son de las más pequeñas de la tierra,
 Y las mismas son más sabias que los sabios: 

25 Las hormigas, pueblo no fuerte,
 Y en el verano preparan su comida; 

26 Los conejos, pueblo nada esforzado,
 Y ponen su casa en la piedra; 

27 Las langostas, que no tienen rey,
 Y salen todas por cuadrillas; 

28 La araña que atrapas con la mano,
 Y está en palacios de rey. 

29 Tres cosas hay de hermoso andar,
 Y la cuarta pasea muy bien: 

30 El león, fuerte entre todos los animales,
 Que no vuelve atrás por nada; 

31 El ceñido de lomos; asimismo el macho cabrío;
 Y el rey, a quien nadie resiste. 

32 Si neciamente has procurado enaltecerte,
 O si has pensado hacer mal, Pon el dedo sobre tu boca. 
33 Ciertamente el que bate la leche sacará mantequilla,
 Y el que recio se suena las narices sacará sangre; Y el que provoca la ira causará contienda.

Comentario a Proverbios  30
Tomado de "Comentario Exegético-Devocional A Toda La Biblia."
Libros poéticos -Proverbios Tomo-2. Editorial CLIE.

Como acabamos de decir, este capítulo y el siguiente son un apéndice a los proverbios de Salomón, pero ambos se llaman expresamente 'oráculo profético' (lit. carga, término frecuente en la literatura profética), por lo que se tienen también como inspirados. Este capítulo fue escrito por alguien que lleva el nombre de Agur hijo de Yaqué. Tenemos aquí: I. Su profesión de fe (vv. 1-6). II. Su oración (vv. 7-9).III. Su aviso a los que perjudican a sus siervos (v. 10). IV. Cuatro clases de mala gente (vv. 11-14). V.Cuatro cosas que no se sacian (vv. 15, 16), y se añade a ello una severa, pero justa amonestación a los hijos que se portan mal con sus padres (v.17). VI. Cuatro cosas inescrutables (vv. 18-20). VII. Cuatro cosas intolerables (vv. 21-23). VIII. Cuatro cosas pequeñas, pero sabias (vv. 24-28). IX. Cuatro cosas majestuosas (vv. 29-31). X. Sobre la necesidad de ejercitar el dominio de sí mismo (vv. 32, 33).

Versículos 1-6
Agur significa 'colector,', pero de ahí no se puede sacar ninguna conclusión para identificarle. Se nombra a Itiel y a Ucal como a dos de sus alumnos. Según cierto rabino, se duplica el nombre de Itiel para 'mostrar una estima superior a la de Ucal'. Tres son las cosas que aquí se propone Agur:
1. Humillarse a sí mismo. Antes de hacer profesión de su fe, hace confesión de su ignorancia y, en general, de la debilidad de la pura razón humana cuando no es iluminada y gobernada por la fe. Cualquiera sea la opinión que los demás tengan de nosotros, debemos tener modesta (realista; comp. Ro. 12:3) opinión de nosotros mismos. Agur habla de sí mismo como de quien necesita una revelación que le dirija por los caminos de la verdad y la sabiduría. VI hombre natural, es decir, el que se guía por la luz de su naturaleza corrompida, sin haber nacido de nuevo, no capta las cosas que son del Espíritu de Dios (1 Co. 2:14).

2. Ensalzar a Dios e, implícitamente, al Señor Jesucristo, pues todas las preguntas que expone en el v. 4 tienen por objeto mostrar que, para tener el conocimiento del Santo (v. 3b), haría falta subir al Cielo (comp. con Jn. 3:13; Ef. 4:8). El señor Jesús bajó del Cielo, volvió a subir y volverá a bajar por segunda vez. Las preguntas de este v. esperan, por supuesto, una contestación negativa, y se parecen a las que Dios hace a Job en los caps. 38 y 39 del libro de Job. La última pregunta del versículo encierra cierto sarcasmo, como diciendo: Si conoces bien el nombre del que hizo todas estas cosas, quizá sabrás también el nombre de sus familiares. Deducir de aquí (nota del trad.) un argumento a favor de la filiación divina de Jesucristo es olvidar las normas de una exégesis seria.

3. Asegurarnos de la verdad de la palabra de Dios y recomendárnosla (vv. 5, 6). Los alumnos de Agur esperaban ser instruidos por él en las cosas de Dios. «¡Ay!», viene a decir él, «yo no me siento competente para instruirlos en eso; id a la palabra de Dios, porque toda palabra de Dios es pura» (lit.probada, acendrada); «acrisolada es la palabra de Yahweh», leemos en Sal. 18:30, de donde Agur parece citar. Por eso, no se le puede añadir, quitar ni alterar (v. 6), pues dejaría de ser absolutamente fidedigna. En su persona y en su palabra, Dios es escudo, segura protección para todos los que en él se refugian.

Versículos 7-9

Después de la confesión y del credo de Agur, ahora viene su letanía. 1. El prefacio a su oración: Dos cosas te pido; no me las niegues antes que muera (v. 7). Antes de ponemos a orar, bueno es considerar lo que necesitamos, y qué cosas son las que le tenemos que pedir a Dios.

2. La oración. Las dos cosas que le pide a Dios son: (A) Gracia para su alma: Aparta de mí falsedad (lit. vanidad) y mentira. Para vivir con rectitud, es menester amar la verdad y la integridad, sin dejarse engañar por las vanidades de la vida. (B) Alimento conveniente para su cuerpo: No me des pobreza ni riquezas; concédeme mi (diaria) ración de pan (comp. con Mt. 6:11; 1 Ti. 6:8). Ruega contra los dos extremos de la abundancia y de la miseria (v. 8b) y presenta (v. 9) buenas razones para ello: No sea que me sacie y te niegue, es decir, me olvide de que dependo de ti en todo. La prosperidad da paso al orgullo y al olvido de Dios, como si ya no se necesitase de él. O que siendo pobre (mejor, empobreciéndome,como en 20:13), hurte. La pobreza extrema tienta a la deshonestidad y a profanar el nombre de Dios (Ex. 20:7), ya sea jurando en falso o quejándose de la providencia de Dios.
Los cadáveres de los malhechores no habían de estar colgados durante toda la noche, pero antes de que se hiciese de noche, los cuervos les sacarían los ojos y los hijos del buitre (lit.) devorarían el cadáver.

Versículos 10-14
1. Amonestación contra el pecado de perjudicar al criado ajeno, acusándole ante su amo, acto especialmente reprensible cuando la víctima es un esclavo, que no tiene quien le respalde y no le creerán cuando niegue la acusación. Este pecado no queda sin castigo (v. 10).
2. Una relación de algunas clases de personas especialmente abominables: (A) Jóvenes rebeldes e ingratos que no quieren soportar el yugo de la obediencia y maldicen e insultan a su padres (v. 11). (B) Hipócritas presuntuosos (v. 12), que se creen limpios cuando están llenos de inmundicia por dentro (comp. 16:2; Le. 18:11). (C) Orgullosos altivos (v. 13). Los párpados levantados en alto significan el desprecio con que miran a sus semejantes (parecido a la frase 'mirar por encima del hombro'). (D) Codiciosos insaciables, de 'dientes grandes' (lit. El mismo vocablo hebreo de Jl. 1:6), como bestias de presa, que abusan de su poder para explotar sin compasión a los desvalidos.

Versículos 15-17

1. Aunque Agur menciona cuatro cosas que no se sacian, en realidad son cinco, pues implícitamente dice lo mismo de la sanguijuela (v. 15), cuyas dos hijas, según Cohén, son las dos aberturas por las que la sanguijuela chupa la sangre.
En el original hallamos: «... dos hijas: Dame, dame», por lo que puede entenderse de dos maneras: (a) como una exigencia, según lo interpretan la mayoría de las versiones; (b) como los nombres de las dos hijas; sus dos nombres iguales denotan idéntica disposición. Cuatro veces en este capítulo, a tres cosas se añade una cuarta (comp. con Am. 1 y 2, donde ocho veces se añade a tres pecados un cuarto), lo que tiene el significado de 'colmar la medida'.
2. Las cuatro cosas restantes aquí (v. 16) son: (A) El sepulcro (hebr. Sheol, morada de las 'sombras'), que se va tragando a todos los que nacen, sin devolver a ninguno, excepto al Señor. (B) La matriz estéril, en el sentido de que no se sacia el deseo de la mujer de tener hijos, llegando a preferir la muerte a la esterilidad (V. Gn. 30:1) (O La tierra sedienta de agua, puesto que el suelo depende del agua para ser fértil; esto tiene especial significado en países donde el calor aprieta, como en Palestina. (D) El fuego que codiciosamente se apodera de todo objeto combustible.
3. Añade una terrible imprecación contra los hijos que menosprecian a sus padres (v. 17). Se menciona al ojo por ser como la ventana por la que se muestran los sentimientos interiores de la persona. A estos hijos que se mofan de sus padres cuando éstos les reprenden, Agur les desea que los cuelguen tras muerte violenta (V. Dt. 21:18-23).
Los cadáveres de los malhechores no habían de estar colgados durante toda la noche, pero antes de que se hiciese de noche, los cuervos les sacarían los ojos y los hijos del buitre (lit.) devorarían el cadáver.

Versículos 18-23

1. Un relato de cuatro cosas que son demasiado maravillosas para ser comprendidas; mejor dicho, no se pueden saber porque no dejan rastro visible de su acción: (A) El rumbo y la rapidez del águila (aun cuando el vocablo es el mismo del v. 17, donde significa 'buitre'). (B) Sobre la arena se puede descubrir el rastro de la culebra, pero no si se ha deslizado sobre una peña. (C) La nave en el mar deja, por un momento, una estela de espuma que pronto desaparece. (D) El rastro del hombre en una doncella suele entenderse comparándolo con el contexto del v. 20. La interpretación rabínica difiere algún tanto en cuanto a (A), (B) y (D): Resulta misterioso el que un ave tan pesada como el buitre vuele por largo tiempo sin caerse, el que una serpiente pueda moverse rápidamente sin pies, y también es un gran misterio la procreación.

2. El v. 20 tiene cierta semejanza con la cuarta de las cosas ocultas del v. 19. Ambas encierran una especial iniquidad: El hombre que usa de todas sus malas artes para seducir y violar a una doncella es tan abominable como la adúltera que emplea todos los medios posibles para que su pecado permanezca oculto a los ojos de los demás. Come del fruto prohibido y se limpia la boca. Con todo descaro, se opone incluso a su propia conciencia, diciendo: No he hecho nada malo. Así es como grandes multitudes arruinan su alma llamando bien al mal y acallando las convicciones con el intento de justificarse cada unoa sí mismo.

3. Un relato de cuatro cosas que resultan intolerables, cuatro clases de personas que perjudican de modo especial: (A) El esclavo que llega a reinar (comp. con 19:10), caso que no era raro en la antigüedad (V. 1 R. 16:9 y ss.), pues suele ser la persona más insolente e imperiosa. (B) El necio que se sacia de pan, que llega a hacerse rico (comp. el v. 9 en su primera parte). (C) La mujer aborrecida (lit.) no es la soltera que ha tenido que esperar mucho tiempo a que alguien se enamorase de ella, sino la esposa de un bígamo que la tiene en menor estima que a otra, como fue el caso de Jacob con Lea (Gn. 29:31); cuando la desdeñada recupera el afecto de su marido, resulta desdeñosa. Tanto Lea como Raquel mostraron su recíproca rivalidad en los nombres que les ponían a sus hijos. (D) La criada que ha conseguido de su señora que la hiciese heredera de toda su hacienda se vuelve imperiosa, intolerable y hasta maliciosa, pues piensa constantemente que la dueña le escatima algo. Todos aquellos a quienes la Providencia ha concedido o permitido prosperar desde bajos comienzos hasta los más altos puestos, deben velar con diligencia contra el orgullo y la altivez.

Versículos 24-28

1. Después de haber enumerado cuatro cosas que parecen grandes y, sin embargo, son despreciables, pasa Agur a enumerar cuatro cosas que son pequeñas y, sin embargo, admirables, grandes en miniatura. Estas cuatro cosas nos enseñan: (A) A no admirar el volumen, la belleza o la fuerza, sino a juzgar a los hombres por su sabiduría, rectitud y laboriosidad. (B) A admirar el poder y la sabiduría del Creador en los animalitos más viles e insignificantes; en una hormiga, lo mismo que en un elefante. (C) A reprochamos a nosotros mismos por no actuar en favor de nuestros verdaderos intereses con el mismo esfuerzo y la misma tenacidad que esos animalitos ponen para lo que les conviene. (D) A no despreciar las cosas pequeñas de este mundo, pues dentro de un cuerpo pequeño puede habitar extraordinaria sabiduría, ya sea por instinto, como en los animalitos, o por gracia, como en las personas.

2. Las cuatro cosas que, en este apartado, especifica Agur son: (A) Las hormigas, tan pequeñas y, al mismo tiempo, tan fuertes, hábiles, laboriosas y organizadas (comp. con 6:7, 8). Sin fuerza (lit. no fuerte) se las llama por comparación con otros animales, pero no es porque no tengan más que suficiente fuerza en comparación con su propio tamaño. (B) Los damanes, de tamaño muy inferior al de los conejos, y muy tímidos, pero que muestran un instinto extraordinario en el modo de construir sus nidos en las hendiduras de las rocas. (C) Las langostas que carecen de rey o reina, de la que no carecen las abejas y, sin embargo, van en bandadas, como en regimientos (comp. con JI. 2:2 y ss.), llegando a alcanzar tal número que llegan a oscurecer el sol y devorar, en pocas horas, todo el verde de una provincia entera. (D) La araña o la lagartija, pues el vocablo hebreo puede significar ambas cosas; que se agarra con las manos (Lit.), es decir, se le puede agarrar, y hasta aplastar, con la mano (ésta es mejor versión que la de `se sostiene con sus patas), pero no se asusta ante la magnificencia de un suntuoso palacio; habita en cualquier edificio. Si se trata de la araña, es de admirar la destreza, la exactitud y el ingenio que muestra al elaborar su tela.



Versículos 29-33

1. Enumeración de cuatro cosas que son majestuosas en su andar: (A) El león, rey de los animales, llamado aquí el más fuerte entre las bestias, que no altera su, paso ni su marcha por miedo a nadie que pueda hacerle frente. (B) El original dice (no se puede asegurar de cierto): El ceñido de lomos. Las versiones modernas identifican a este segundo animal, no con el caballo, sino con el gallo que se contonea delante de las gallinas (M. Henry, nota del traductor, siguiendo a la A.V. inglesa, lo traduce porgalgo o lebrel; en inglés, greyhound). (C) El macho cabrío que marcha al frente del rebaño con su barba y con la altiva mirada con que recibe a cualquier desconocido. (D) El rey cuando marcha al frente de su ejército. Del león, hemos de aprender a no asustamos ni arredramos ante las dificultades; del gallo,dignidad y presteza; del macho cabrío, a velar por los que tengamos a nuestro cargo; y del rey, a tener nuestros hijos en sumisión con seriedad y afecto; y de todos ellos, a caminar con dignidad.

2. Un aviso a dominar nuestro genio en todo tiempo y bajo cualquier provocación (vv. 32, 33). Hemos de humillamos siempre que se nos acuse justamente de alguna falta; en lugar de insistir en nuestra inocencia o enaltecer nuestra posición, mano a la boca (Lit.). Si hemos albergado el pensamiento de hacer algún mal, arrepintámonos y no dejemos que lo malamente pensado sea expresado al exterior, pues eso demuestra pleno consentimiento en el mal. Provocando la ira con insinuaciones malévolas se causa contienda, de la misma manera que la violenta agitación de la crema de la leche produce cuajada,esto es, leche cortada, y el sonarse demasiado fuerte las narices puede provocar hemorragia. Los ánimos se van calentando más y más cuando no se dominan las pasiones; una palabra airada engendra otra, hasta que se acaba en una enemistad irreconciliable.
10px L!r i �g �8g 10px; ">Versículos 18-23

1. Un relato de cuatro cosas que son demasiado maravillosas para ser comprendidas; mejor dicho, no se pueden saber porque no dejan rastro visible de su acción: (A) El rumbo y la rapidez del águila (aun cuando el vocablo es el mismo del v. 17, donde significa 'buitre'). (B) Sobre la arena se puede descubrir el rastro de la culebra, pero no si se ha deslizado sobre una peña. (C) La nave en el mar deja, por un momento, una estela de espuma que pronto desaparece. (D) El rastro del hombre en una doncella suele entenderse comparándolo con el contexto del v. 20. La interpretación rabínica difiere algún tanto en cuanto a (A), (B) y (D): Resulta misterioso el que un ave tan pesada como el buitre vuele por largo tiempo sin caerse, el que una serpiente pueda moverse rápidamente sin pies, y también es un gran misterio la procreación.
2. El v. 20 tiene cierta semejanza con la cuarta de las cosas ocultas del v. 19. Ambas encierran una especial iniquidad: El hombre que usa de todas sus malas artes para seducir y violar a una doncella es tan abominable como la adúltera que emplea todos los medios posibles para que su pecado permanezca oculto a los ojos de los demás. Come del fruto prohibido y se limpia la boca. Con todo descaro, se opone incluso a su propia conciencia, diciendo: No he hecho nada malo. Así es como grandes multitudes arruinan su alma llamando bien al mal y acallando las convicciones con el intento de justificarse cada unoa sí mismo.
3. Un relato de cuatro cosas que resultan intolerables, cuatro clases de personas que perjudican de modo especial: (A) El esclavo que llega a reinar (comp. con 19:10), caso que no era raro en la antigüedad (V. 1 R. 16:9 y ss.), pues suele ser la persona más insolente e imperiosa. (B) El necio que se sacia de pan, que llega a hacerse rico (comp. el v. 9 en su primera parte). (C) La mujer aborrecida (lit.) no es la soltera que ha tenido que esperar mucho tiempo a que alguien se enamorase de ella, sino la esposa de un bígamo que la tiene en menor estima que a otra, como fue el caso de Jacob con Lea (Gn. 29:31); cuando la desdeñada recupera el afecto de su marido, resulta desdeñosa. Tanto Lea como Raquel mostraron su recíproca rivalidad en los nombres que les ponían a sus hijos. (D) La criada que ha conseguido de su señora que la hiciese heredera de toda su hacienda se vuelve imperiosa, intolerable y hasta maliciosa, pues piensa constantemente que la dueña le escatima algo. Todos aquellos a quienes la Providencia ha concedido o permitido prosperar desde bajos comienzos hasta los más altos puestos, deben velar con diligencia contra el orgullo y la altivez.
Versículos 24-28
1. Después de haber enumerado cuatro cosas que parecen grandes y, sin embargo, son despreciables, pasa Agur a enumerar cuatro cosas que son pequeñas y, sin embargo, admirables, grandes en miniatura. Estas cuatro cosas nos enseñan: (A) A no admirar el volumen, la belleza o la fuerza, sino a juzgar a los hombres por su sabiduría, rectitud y laboriosidad. (B) A admirar el poder y la sabiduría del Creador en los animalitos más viles e insignificantes; en una hormiga, lo mismo que en un elefante. (C) A reprochamos a nosotros mismos por no actuar en favor de nuestros verdaderos intereses con el mismo esfuerzo y la misma tenacidad que esos animalitos ponen para lo que les conviene. (D) A no despreciar las cosas pequeñas de este mundo, pues dentro de un cuerpo pequeño puede habitar extraordinaria sabiduría, ya sea por instinto, como en los animalitos, o por gracia, como en las personas.
2. Las cuatro cosas que, en este apartado, especifica Agur son: (A) Las hormigas, tan pequeñas y, al mismo tiempo, tan fuertes, hábiles, laboriosas y organizadas (comp. con 6:7, 8). Sin fuerza (lit. no fuerte) se las llama por comparación con otros animales, pero no es porque no tengan más que suficiente fuerza en comparación con su propio tamaño. (B) Los damanes, de tamaño muy inferior al de los conejos, y muy tímidos, pero que muestran un instinto extraordinario en el modo de construir sus nidos en las hendiduras de las rocas. (C) Las langostas que carecen de rey o reina, de la que no carecen las abejas y, sin embargo, van en bandadas, como en regimientos (comp. con JI. 2:2 y ss.), llegando a alcanzar tal número que llegan a oscurecer el sol y devorar, en pocas horas, todo el verde de una provincia entera. (D) La araña o la lagartija, pues el vocablo hebreo puede significar ambas cosas; que se agarra con las manos (Lit.), es decir, se le puede agarrar, y hasta aplastar, con la mano (ésta es mejor versión que la de `se sostiene con sus patas), pero no se asusta ante la magnificencia de un suntuoso palacio; habita en cualquier edificio. Si se trata de la araña, es de admirar la destreza, la exactitud y el ingenio que muestra al elaborar su tela.
Versículos 29-33
1. Enumeración de cuatro cosas que son majestuosas en su andar: (A) El león, rey de los animales, llamado aquí el más fuerte entre las bestias, que no altera su, paso ni su marcha por miedo a nadie que pueda hacerle frente. (B) El original dice (no se puede asegurar de cierto): El ceñido de lomos. Las versiones modernas identifican a este segundo animal, no con el caballo, sino con el gallo que se contonea delante de las gallinas (M. Henry, nota del traductor, siguiendo a la A.V. inglesa, lo traduce porgalgo o lebrel; en inglés, greyhound). (C) El macho cabrío que marcha al frente del rebaño con su barba y con la altiva mirada con que recibe a cualquier desconocido. (D) El rey cuando marcha al frente de su ejército. Del león, hemos de aprender a no asustamos ni arredramos ante las dificultades; del gallo,dignidad y presteza; del macho cabrío, a velar por los que tengamos a nuestro cargo; y del rey, a tener nuestros hijos en sumisión con seriedad y afecto; y de todos ellos, a caminar con dignidad.
2. Un aviso a dominar nuestro genio en todo tiempo y bajo cualquier provocación (vv. 32, 33). Hemos de humillamos siempre que se nos acuse justamente de alguna falta; en lugar de insistir en nuestra inocencia o enaltecer nuestra posición, mano a la boca (Lit.). Si hemos albergado el pensamiento de hacer algún mal, arrepintámonos y no dejemos que lo malamente pensado sea expresado al exterior, pues eso demuestra pleno consentimiento en el mal. Provocando la ira con insinuaciones malévolas se causa contienda, de la misma manera que la violenta agitación de la crema de la leche produce cuajada,esto es, leche cortada, y el sonarse demasiado fuerte las narices puede provocar hemorragia. Los ánimos se van calentando más y más cuando no se dominan las pasiones; una palabra airada engendra otra, hasta que se acaba en una enemistad irreconciliable.